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TRIATLÓN MADRID KM0

Posted by on Oct 24, 2015 in TÚ ERES EL PROTAGONISTA
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El pasado 27 de Septiembre se celebró el triatlón de larga distancia KM0 en Madrid. Gracias a Shimano España, contamos con una plaza para poder sortear en RRSS, y aquí os dejamos la crónica de Javi, el afortunado y valiente triatleta que se atrevió con el reto:

«Todo empezó cuando estando de vacaciones en Grecia a finales de agosto, dando una vuelta por las RRSS veo un sorteo que realiza ShimanoService Center Alicante a través de Boyer Triathlon para una plaza en el Triatlón Madrid km 0. No sé por qué, ni en que estaría pensando pero le di al “me gusta” y puse un comentario para participar en el sorteo.

A los pocos días me comunicaron que había sido agraciado con dicha plaza, y claro, siendo un triatlón de larga distancia y sin prepararlo como debiese… pensé en rechazarla, pero… valoré la situación, era en casa, circuitos conocidos, puertos subidos mil y una vez, maratón en pleno Madrid… total que me aventuré y la acepté.

Si bien este año decidí no hacer triatlón y probar las carreras de montaña, terminando la temporada competitiva allá por mitad de junio con el Maratón Alpino Madrileño, me presentaba con 15 semanas previas de deporte salud y 8 días en agosto de bicicleta pirenaica con unos amigos, pero falto de km en bici y sobre todo corriendo.

El 1 de septiembre al volver de vacaciones me planteé el reto de salir a terminar el KM 0, sin más pretensiones que llegar a T2 libre de los cortes de tiempo y caminar lo menos posible en la maratón.

Hice una puesta a punto de 21 días, como el programa de Samanta, sin pasarme de rosca, pero con dos sesiones claves de cada segmento que me dieran confianza y un poco de intensidad para el día de la prueba.

Con todo esto me planté el domingo 27 de septiembre en Buitrago, con mucha ilusión pero con la mente fría de saber que iba a ser un día largo en la “oficina” y que por experiencia en otros distancia IM, no era la mejor forma física de afrontar semejante distancia.

La natación me la tomé con mucha calma, intentando desgastar lo mínimo y salir lo más fresco posible. 1h16 después estaba tocando la playa de Riosequillo en busca de la T1, la cual me la tomé con mucha calma.

Salí a por los 171km de bici tranquilo, sabedor que, por un lado me iban a pasar como aviones, y por otro, que el día era largo y que la primera parte de la bici con 3 puertos en 90km era clave no pasarse de rosca.

Así fui, a mi ritmo, saludando a cuantos me pasaron, que fueron unos cuantos, comiendo y bebiendo lo que tenía planificado y disfrutando de cada puerto, de cada amigo que estaba en Morcuera o Navacerrada y llegando al final de esta primera parte más o menos entero.

La segunda parte de la bici, a priori más fácil en cuanto a perfil, para mí fue un infierno. Falto de km las últimas semanas, me empezaron a fallar las fuerzas, a no disfrutar, a no encontrar posición en la bici y no saber qué desarrollo llevar. Entré en un bucle negativo que en el km 133 en el avituallamiento de Valdemorillo, me paré pensando en retirarme.

Allí pregunté al voluntario si sabía cuánto faltaba para que pasase el coche escoba, pero este, como era normal no lo sabía. En un momento de lucidez valoré si quedarme allí tirado al sol o seguir tranquilo hasta T2. Opté por lo segundo y dejándome llevar con mil y una excusas en la mente, puse“marcheta” hasta T2.

Al dejar la bici, después de 7h50, no tenía pensado cambiarme para correr, pero una vez en la carpa y gracias a que los voluntarios me dijeron que estaba precioso el recorrido y lleno de gente, opté por cambiarme y darme una vuelta corriendo para vivirlo, y de ese modo me viesen los amigos y familiares que estaban esperándome y preocupados por la tardanza.

Salí de T2 con ese objetivo, pero fue pisar el primer metro del recorrido y mi cabeza empezó a alimentarse de los gritos, ánimos y buen rollo que se vivía en Madrid Río. Poco a poco fui viendo a mis amigos, familiares y a mi mujer, y alimentándome de esos ánimos fui pasando esa primera vuelta de 10km de las cuatro que restaban para subir a la meta en la Puerta del Sol.

No sé cómo, ni cuándo decidí seguir en la segunda vuelta, pero recuerdo que las piernas iban solas, incluso me tenía que frenar por los ánimos de la gente, y pasé a tener como objetivo intentar no caminar y disfrutar al máximo de cada km, devolviendo sonrisas a cada grito de ánimo.

Así pasaron la segunda y la tercera vuelta, la cual, ya de noche cerrada con una luna llena sobre el río Manzanares fue muy emotiva para mí, ya que después de los malos momentos pasados en la bici, casi podía tocar el Km 0, pero sabedor que un triatlón de esta distancia es largo, puse ritmo de crucero y me dediqué a disfrutar de los últimos km paralelos al río.

Los últimos km eran en subida hasta la calle Mayor, coronandola antes de sufrir la Cuesta del Vega, la cual la subí andando disfrutando de la gente que se agolpaba animando, total ya había pasado lo peor, eran 600m de caminar y tenía las fuerzas justas.

La entrada a la Calle Mayor fue impresionante, toda la calle cortada, vallada y llena de gente anónima que solo hacía que aplaudir y gritar, me hicieron sentir especial. GRACIAS.

Cuando comencé a ver la meta y la alfombra naranja, un sentimiento de rabia, alegría y plenitud broto en mi cabeza, pero sobre todo de gratitud a toda esa gente que había estado al pie del cañón durante horas (organizadores, voluntarios, Guardia Civil, Protección Civil, Policía Local, etc), pero sobre todo para mis amigos y familiares que había invertido un domingo en venir a verme, a animarme y sobre todo a quererme. GRACIAS.

Últimos metros y no puedo evitar mirar al cielo y dedicarle estos metros a Pegaso, allí donde estés siempre me das fuerzas. Entro en meta y después de 4h06 de carrera a pie, me encuentro con la última sorpresa del día, mi mujer me va a poner la medalla de finisher, que puntazo!. Es algo que nunca olvidaré, finisher en la Puerta del Sol y con ella recibiéndome en meta. GRACIAS por todas esas horas que a lo largo de estos años te robo y nunca podré devolverte.

Quiero terminar dando las gracias a mis amigos de Boyer Triathlon y ShimanoService Center Alicante, sin ellos nunca podría haber podido vivir esta experiencia. GRACIAS.

Javier de Pedro

¡SIEMPRE PEGASO! «